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viernes, 10 de julio de 2015

5 momentos que me hicieron más linda sin que me diera cuenta

Y no necesité maquillaje ni accesorios.

Nunca me creí muy linda. De hecho siempre trataba de pasar sin ser notada por los demás. Sin embargo, luego de pasar por algunas experiencias y momentos en mi vida pude darme cuenta de que hubo cosas que cambiaron mi forma de percibirme a mí misma y, sobre todo, la manera en la que podía verme el resto. Para mí fueron retos y cosas que me hicieron entender cómo funcionaba la vida y cómo debía enfrentarla de aquí en adelante.

Lo cierto es que yo no me di cuenta de cómo fui cambiando, ni de cómo me hice más linda, pero pasó, y fue lo mejor.

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@Kunst

1. Cuando decidí luchar por mis sueños

Sentí una inyección de energía inexplicable. Como si tuviera una batería extra que me indicara qué tenía que hacer. No me rendí, y tampoco me di cuenta de cómo este impulso provocó que mi forma de mirar y hablar fuera cambiando y me hiciera valorar todo el esfuerzo que había hecho para alcanzar mis metas.

Me sentí más plena, más dedicada, más linda, pero no solo de forma externa, sino que también en mi interior.


2. Cuando me enamoré

Ese nerviosismo. Esa mirada soñadora. Esa sonrisa tímida. No podía entender cómo todas esas sencillas cosas podían hacerme ver más linda, pues en realidad no sabía lo especial que podían ser. Pero lo cierto es que haberme encontrado con la persona a quien amaría siempre hizo que todo fuera mejor y que mi felicidad fuera infinita, haciendo que todo se reflejara a través de mis ojos.

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@Rub_Mota

3. Cuando me rompieron el corazón

Fue lo peor. Recuerdo lo mal que me sentí y cómo todas las cosas cambiaron. Vivía de pesadilla en pesadilla sin saber que hacer, solo podía llorar y esconderme. Hasta que un día me miré al espejo después de llorar toda una noche. Mis ojos estaban hinchados, y mi cara enrojecida. Sin embargo ese brillo en mis ojos nunca se había visto tan hermoso, a pesar de todo lo que me había sucedido.

Ver esa imagen de mí misma luego de todo me hizo pensar en que debía valorarme más y creer que en realidad sí era bonita y que no debía permitir que nadie me volviera a romper el corazón. Nunca más.


4. Cuando comencé a amarme a mí misma

Todo fue diferente. Valorarme a mí misma y amar cada parte de mí hizo que sonriera más, que disfrutara más cada experiencia que se me presentara. Además de verme linda frente al resto, me sentí más linda, y creo que eso es lo que más importa, pues el amor propio mueve todo y te hace mucho más feliz que cualquier cosa.

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@Jovana

5. Cuando decidí vivir mi vida al máximo

Aprovechar mi vida. Sonreír todo lo que pueda, amar a mis seres queridos y permitirme disfrutar cada momento provocó que mi felicidad se notara en cada gesto y palabra que dijera. Mi sonrisa fue más grande y mis ojos brillaron más que nunca. Me sentí mejor que nunca y comprendí que no necesito de maquillajes, accesorios o tutoriales de belleza para ser más linda, sino que volver a creer en mí y sonreír era más que suficiente, e incluso mucho mejor.

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